¿Sabías que... existe una escuela ecológica en Bali que se dedica a preparar a los estudiantes para ser pensadores críticos y creativos, con una profunda conciencia ambiental para la sustentabilidad futura del planeta.
La obra fue construida por
John Hardy, un diseñador de joyas retirado que luego de ver "Una verdad
incómoda" de Al Gore, decidió dar un giro a su vida y trabajar de ahí en
adelante en pos del futuro de los niños.
Green School enseña a sus 300 alumnos (provenientes de 55 países) a cultivar arroz orgánico, criar animales de corral, calcular el impacto de la huella de carbono en la naturaleza, resolver conflictos interpersonales, elaborar muebles con bambú, sembrar árboles, instalar paneles de energía solar y hasta a luchar en el lodo.
Esas actividades se complementan con las materias básicas, Matemáticas, Gramática, Ciencias Naturales, Geografía y demás; pero además, todos los
niños practican yoga y meditación a diario, tienen un huerto ecológico con
animales, hacen conciertos y desarrollan actividades de voluntariado.
Trabaja al aire libre e integra todos los conocimientos de agricultura y botánica, analizando el impacto de los cultivos orgánicos (ecología), aprendiendo vocabulario relacionado con esa actividad (lenguaje), debaten sobre los inicios de la agricultura en las civilizaciones (historia), analizan los beneficios de los alimentos (nutrición y biología) y hasta preparan platos utilizando el arroz cosechado (gastronomía).
El equipo Ibuku ha realizado el esquema de ordenación de este reducido pueblo comunitario que ha sido proyectado conteniendo dos docenas de edificios, el resultado es realmente imaginativo.
Sus promotores han recurrido exclusivamente al bambú
para la construcción de todos los edificios, así como para la casi totalidad de
los elementos interiores, incluyendo el mobiliario.
La construcción, de 20
metros de altura, dispone de 2.000 metros cuadrados de superficie que albergan
las clases, la biblioteca, aula de informática, salas de exposiciones, salas de
reuniones y oficinas.
La estructura es una preciosidad arquitectónica con sus 2.630 cañas de
bambú.
Las paredes están hechas de este material y para cubrir los techos se utilizó una paja llamada
alang-alang. Otros edificios fueron construidos con una mezcla
de paja, tierra apisonada, roca volcánica y adobe que se usa tradicionalmente
en Bali. La comunidad está rodeada de bosques tropicales y plantaciones de
arroz.
Un
25% de los alumnos son de Bali, pero el resto proceden de todos los continentes
de la Tierra. En muchos casos, sus padres son profesionales y ejecutivos que
decidieron dejar atrás su exitosa carrera para contribuir a crear un cambio
positivo en el mundo. De hecho, Green School cuenta con un creciente número de
voluntarios que ofrecen sus conocimientos en diferentes disciplinas sostenibles y
creativas.
Sin embargo, se puede argumentar negativamente
también, dado el carácter esencialmente elitista de la propuesta. Un
planteamiento que fomenta la
construcción de paraísos artificiales, en los cuales puedan escapar y refugiarse
aquellos con los mayores recursos.
¿Y vosotros qué pensáis?