Empezamos un nuevo año y eso significa nuevos
proyectos, nuevas esperanzas, nuevas ideas para tod@s, deseando poder alcanzar nuestras expectativas, disfrutando de cada artículo que editemos y compartamos.
Hoy lunes, dedicado a la moda, belleza y curiosidades, queremos
presentar a una mujer glamourosa para este año.
Misteriosa, romántica, frágil, sensual, delicada y
salvaje...
El glamour o glamur es un anglicismo que designa
un tipo de belleza muy elegante y sofisticado al cual nos apuntamos.
Glamour es brillar frente a los demás, pero no
tiene que ver con usar ropa cargada de lentejuelas o cristales. Es algo más
complejo porque involucra seguridad en uno mismo y autoestima, es
la característica que nos hace sobresalir entre los demás.
Aunque algunas personas nacen con esa cualidad, todos
podemos desarrollarla. Empezando desde la ropa interior.
Hay gente que tiene mucho dinero y se compra ropa carísima, creyendo que con
eso se convertirá en una persona glamourosa. Eso no es verdad, para ser verdaderamente glamourosa se debe cumplir con varios requisitos.
Estar conscientes de quiénes somos y tener amor propio. Enriquecer nuestra vida con experiencias
extraordinarias y tener la sensibilidad necesaria para compartirlas.
Estar conscientes de qué es lo que nos queda mejor en cuanto a vestuario, peinado y maquillaje. Elegir ropa y complementos de calidad.
Vestirse siempre con propiedad, de acuerdo con la temporada.
Buscar que todas las prendas que usemos combinen entre
sí.
Durante el día predominan los vestidos y faldas por la
rodilla, hasta los vaqueros pueden ser glamourosos, los escotes barco, tejidos como tweed o el cuero y finos cinturones
que se ciñen a la figura femenina.
Pero la noche la protagonizan los vestidos
largos mezclados con tejidos vaporosos como la organza, gasas o los detalles de
encaje.
Desde que a la mujer se le idealiza con la belleza y el porte, unas nacen glamourosas y otras se lo tienen que trabajar
para conseguirlo.
En resumen, el glamour es una mezcla de personalidad,
elegancia, sencillez y gracia, combinada con un estilo personal de
vestir y de comportarse.
¡Ah y nunca olvidar el toque de fragancia detrás de las orejas y en las muñecas!