¿Sabías
qué... la fórmula secreta del refresco de la Coca-Cola pudo haberse vendido por 15 millones de dólares?
Después que el Dr. John S. Pemberton inventara la Coca-Cola en 1886, la fórmula se mantuvo en secreto y sólo se compartía con un grupo pequeño de personas, más nunca se escribió en papel. En 1891, Asa Candler se convirtió en el propietario único de Coca-Cola al adquirir los derechos del negocio. Después, en 1919, Ernest Woodruff y un grupo de inversionistas le compraron a Candler y a su familia la Compañía. Para financiar dicha compra, Woodruff tomó un préstamo y como colateral, proporcionó documentación de la fórmula, al pedirle al hijo de Candler que la pusiera en papel. Éste fue colocado dentro de una caja fuerte en el Guaranty Bank en Nueva York, hasta que el préstamo fue liquidado en 1925. En ese momento, Woodruff recuperó la fórmula secreta y la regresó a Atlanta, colocándola en el Trust Company Bank, hoy SunTrust, donde permaneció hasta su traslado al museo World of Coca-Cola en 2011.
La codiciada fórmula forma parte de una leyenda de
la marca estadounidense, hoy sabemos que se guarda en una
caja fuerte sofisticadísima y para acceder a ella hay que
pasar varios controles entre los que se encuentran identificadores de
identidad a través de huellas digitales, lectores del iris de los ojos y cuando
se cierran sus puertas, una trama de rayos láser hacen
totalmente imposible cualquier osadía.
Sí bien los ingredientes del refresco están indicados en la etiqueta, sus proporciones son desconocidas. Sin embargo, el secreto mejor guardado de la Coca-Cola podría haber sido descubierto
por Cliff Kluge, un anticuario estadounidense, originario de Georgia, quien asegura haber encontrado en una vieja caja la receta
secreta la cual pretendió vender en eBay por 15 millones de
dólares, por supuesto, sin garantizar su autenticidad.
De
acuerdo a Mr. Kluge los papeles encontrados se remontan a
1943, cuando fueron enviados por la sociedad americana a un famoso químico
durante la Segunda Guerra Mundial. En
este periodo la Coca-Cola habría tenido grandes dificultades para conseguir
todos los ingredientes necesarios para producir la famosa bebida y había
encargado a un químico la composición de la fórmula.
Kluge decidió vender al mejor postor la fórmula. No hubo ofertas en la subasta pero un aficionado optó por comprar el artículo inmediatamente en 15 millones de dólares, para desgracia del vendedor sólo se trataba de un chico de 15 años intentando bromear.
La conozcamos o no, en la ciudad de Atlanta, el público puede sumergirse en el
dulce y burbujeante mundo de la Coca-Cola al ingresar al World of
Coca-Cola que se abrió en 2007. En este complejo se exhibe,
por ejemplo, la Colección Schmidt de
recuerdos y objetos que llevan la famosa marca. Durante más de 35 años la
familia Schmidt, dueña de la primera embotelladora de la bebida, coleccionó todo tipo de objetos hasta
llegar a las 80.000 piezas que
exhibía en su museo familiar en Kentucky. Al cerrar éste en 2011, la
colección se presenta en el Mundo de Coca-Cola. Cada año, unos pocos cientos de
piezas se ponen en subasta con fines benéficos.
Los visitantes
tendrán la posibilidad de conocer
acerca de la historia de la compañía y de la elaboración del refresco. Claro, no todo, ya que la
fórmula de la bebida continúa siendo un secreto. Algunas de las
atracciones tienen que ver con objetos relacionados con la historia de la
firma, un paseo por el proceso de embotellamiento, la posibilidad de
encontrarse con el imponente oso polar que es la imagen de la marca y tomarse fotografías
con él. Pero, sin dudas, la estrella del recorrido es el cine en 4D que proyecta un
cortometraje llamado En busca de la fórmula secreta.
Los
mitos siempre serán mitos, por eso, de ahí su grandeza.