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lunes, 10 de noviembre de 2014

James Plumb

¿Sabías que... James Plumb es un estudio de diseño en el que trabajan dos personas bajo un solo nombre combinado? Son Hannah Plumb y James Russell, un matrimonio británico que juntos diseñan objetos, mobiliario e interiores a partir de antigüedades desechadas, rotas y olvidadas.
Se conocieron en 1998 en la Escuela de Arte de Wimbledon, cuando estudiaban Escultura en Bellas Artes. Su unión se basa en sus enfoques diferentes pero complementarios, juntos yuxtaponen la función práctica de objetos olvidados en el tiempo, con su visión escultórica.


Una combinación de restauración y una búsqueda de nuevos hábitats. Sus obras incluyen la iluminación, objetos de decoración y esculturas que son más funcionales y menos de ficción que los encontrados en el mundo del arte visual.


Un curioso invento en base a maletas desvencijadas. Construir un armario de viejas maletas para dar nueva vida y a veces, nueva función a los objetos.
Crean en la frontera entre la escenografía y el psicoanálisis, como la silla que le falta una pata y el reloj sin un reloj que se puede combinar con otras cosas.


Una larga mesa de madera sólida que la pareja descubrió en un mercado de Milán y unas sillas que pertenecían a una antigua capilla inglesa. La mesa se redujo a la mitad longitudinalmente y se amplió en el medio para tener un reloj de péndulo grande. El reloj no tiene mecanismo de relojería pero se puede hacer funcionar manualmente, haciendo sonar una campanilla.


Crearon la colección To Have To Hold desde antigüedades desechadas y rotas. En la colección se incluyen conjuntos tales como un sillón de orejas del siglo XVIII en combinación con el asiento de un banco de iglesia, para crear un banco largo.


Y un púlpito de estilo victoriano reutilizado como una sala de lectura protegida como un capullo.
Cuando diseñan disfrutan imaginando las historias de los objetos que encuentran y al transformarlos les dan una nueva vida.


La inspiración de la colección Burnished Indigo fue el descubrimiento de un sofá de cuero del siglo XIX destruido. Fascinados por la pátina y complejidad del color y la textura del material antiguo, la pareja se embarcó en una búsqueda para encontrar una tela con la misma belleza intrigante.


Sus interiores tienen rastros de la historia pero con nuevas historias que contar.
Su enfoque es respetuoso y cuidadoso, preservando el carácter y la autenticidad de las piezas a la vez que crean algo nuevo.


Sus creaciones, cargadas de rabiosa modernidad, han sido enmarcadas
en el denominado eco-vintage design.