¿Sabías que... el fotógrafo publicista Carl Warner es un auténtico artista creando micromundos comestibles e inventando paisajes mágicos? Sus bodegones de comida, mares, bosques,
islas... están hechos con productos alimenticios. De su mano nos adentramos en un mundo en el que las nubes son coliflores, los árboles son brócolis, las estalactitas zanahorias y las rocas, hogazas de pan.
Carl Warner nació en Liverpool, Inglaterra, trabajó durante muchos años tomando fotos publicitarias y mientras recorría un mercado buscando inspiración para una nueva campaña, se dio cuenta que los hongos le recordaban a los árboles de una película de alienígenas que había visto, a partir de esto, creó su primer paisaje de comida y desde entonces, no ha dejado de hacerlos. Sus trabajos captaron la atención de los medios internacionales, programas de televisión y campañas publicitarias, convirtiéndose en un reputado fotógrafo reconocido internacionalmente.
Los paisajes suelen servir de gancho visual, habitualmente de productos alimentarios de marcas.
Mirad el volcán.
Warner y su equipo reúnen meticulosamente los elementos culinarios, pieza por pieza, en una mesa recreando todo tipo de situaciones y escenarios, creando interpretaciones de reconocidas estructuras arquitectónicas, como el Taj Mahal o la Gran Muralla China, figuras humanas que van desde gondoleros a vaqueros o amplias vistas que van desde el skyline de Londres a vastos desiertos.
La Gran Muralla China hecha en piña, con brócoli, zanahoria, pimiento rojo...
La Torre Eiffel ¡espectacular!
Warner convierte los alimentos en
piezas de un complejo y colorido paisaje. La comida tiene increíbles similitudes con grandes
elementos de la naturaleza.
Un camino puede estar hecho de salami y una cebolla, ajo, fresas, pueden ser un globo aerostático, las hogazas de pan, montañas.
Unas sardinas o unas lombardas pueden recrear el mar.
Comienza a trabajar sus paisajes en bocetos, en papel. Compra los productos necesarios y ensambla la escena con alfileres y pegamento. Después empieza a fotografiar desde el primer plano hasta el fondo, capa por capa, posteriormente une las fotografías creando un resultado más nítido. Podrían tomar las fotos de una vez, pero los alimentos del primer plano estarían deteriorados cuando acabara de montar el fondo, la comida se echa a perder tan rápido que hay que trabajar a toda velocidad, especialmente al crear un gran paisaje bajo los focos del estudio, por ejemplo, cosas como las hierbas frescas son una pesadilla porque se secan en cuestión de minutos. Al finalizar, la comida que se puede utilizar es donada a un centro local para personas sin techo.
Trabajar con vegetales, quesos, cereales, embutidos o pescados tiene un gran abanico de tamaños, texturas y colores. También las gominolas, piruletas y todas las chuches son elementos para crear increíbles escenas.
Pero Warner no sólo crea paisajes con alimentos, los elementos cotidianos o los cuerpos desnudos también tienen grandes posibilidades en la fértil imaginación del fotógrafo.
Sus calendarios y publicaciones puedes verlas en su web http://www.carlwarner.com