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viernes, 1 de junio de 2012

Escapada al misterioso Marrakech


Marrakech, fundada en 1.062 por los almorávides, conocida como Medina Al-Ham’rá en árabe y en español como la Perla del Sur de Marruecos, es también llamada por el nombre de Ciudad Roja y se lo debe al color de sus casas y construcciones cuando se pone el sol. La tierra del desierto aporta ese inolvidable tono anaranjado que la ilumina al atardecer y la convierte en un lugar único en el mundo.


Cuenta la leyenda, que tiene este color porque, cuando se construyó la mezquita Koutoubia, la más importante de este lugar, se clavó su minarete tan fuerte a la tierra, que ésta sangró tanto que llegó a inundar la ciudad, tiñéndola para siempre de este color bermejo.
Marrakech sorprende y atrapa. Pero su bello color no es en absoluto el único atractivo de éste increíble lugar.
Las culturas más antiguas, la arquitectura más especial, la hospitalidad más generosa, la comida más deliciosa y los paisajes más fascinantes se dan cita en torno a Marrakech para convertirla en un destino vacacional privilegiado.
Para entrar en Marruecos es necesario tener el pasaporte con una vigencia mínima de 6 meses. En la terminal del aeropuerto hay que rellenar un pequeño formulario y entregarlo junto al pasaporte en inmigración. 

Lugares de interés:

La Medina, rodeada por una extensa muralla con varias puertas, es el centro histórico y turístico, donde se concentran la mayor parte de las atracciones turísticas de Marrakech. Los olores y los sonidos surgen de todas partes.


La única manera de moverse es a pie por calles estrechas y laberínticas, dentro se encuentra:
Plaza Djemaa el Fna, la céntrica plaza fue la plaza de los difuntos, un lugar donde, en otros tiempos, se ajusticiaba a los criminales o a los que se sublevaban contra el poder del sultán, exponiendo luego sus cabezas a la vista de los transeúntes. Es considerada Patrimonio Oral de la Humanidad, su gran atractivo es la gente y sus costumbres, el ir y venir de los marroquíes que según el momento del día la vacían o la llenan. A medida que el sol dibuja su trayectoria, los colores varían del rojo ocre al dorado, el movimiento se intensifica, hasta que, al caer la noche, la plaza se ilumina con mil y una luces y comienza el espectáculo.


A la mañana y hasta caer la tarde verá a los personajes más insólitos: encantadores de serpientes, adivinadoras de la suerte protegiéndose bajo sus sombrillas, arrancadores de dientes, mujeres tatuando con henna y artistas callejeros: danzas tradicionales, músicos populares, narradores de cuentos rodeados por atentos oyentes, sanadores, predicadores y otros charlatanes prometen curaciones milagrosas hasta para la infertilidad y la impotencia utilizando raíces misteriosas. Los vendedores de jugos de naranja hacen su negocio, mientras que otros lucen los atuendos típicos de los antiguos vendedores de agua, aunque a menudo no tienen una gota y sólo intentan cobrar por alguna foto a los turistas.


Cuando cae la noche la Plaza Djemaa el Fna se anima aún más con la llegada ruidosa de incontables carros ambulantes que invaden el espacio, proponiendo comidas típicas llenas de sabor y color: ofrecen pinchos de carne o pollo, pescado frito, "harira" o sopa típica marroquí, la atmósfera está totalmente invadida por el humo de las parrilladas y la gente llega atraída por un gran imán.


Este muestrario vivo de tradiciones y costumbres provocan asombro y curiosidad,  es lógico querer fotografiar todo pero hay que saber que Marrakech vive del turismo y es mejor estar prevenidos, pactar precios de antemano, incluso para tomar una simple foto y evitaréis malos momentos.
Una vez superados la sorpresa y el asombro que provoca toda esta multitud bulliciosa, es una buena idea refugiarse en uno de los tantos cafés que rodean la plaza, entre ellos el Café de Francia y tomar un té a la menta.

La emblemática mezquita Koutoubia, con su minarete de 70 metros es el edificio más representativo del arte almohade en la ciudad, cada una de las cuatro fachadas y arcos de su minarete son diferentes y sirvieron de modelo a la Giralda de Sevilla.


Las refinadas tumbas saadíes. Asesinatos y traiciones salpicaron la agitada historia de la dinastía saadí. Sin embargo, el bello jardín que guarda esta necrópolis real, disimulado detrás de altos muros, es un verdadero remanso, con sus mausoleos exquisitamente decorados. En el interior, las decoraciones son muy ricas, con vistosos techos en cúpula, columnas de mármol y bonitos estucados de cedro. Dirección: Calle de la Kasbah, Medina de Marrakech Precio de la entrada: 10 Dirhams.


Al sur de la ciudad se sitúan los viejos palacios, lugar donde se sucedieron los diversos gobernantes de la ciudad. En este espacio se puede visitar el Palacio de Bahía y el Palacio el Badi, del cual sólo quedan las ruinas. 

Los Zocos 
Más allá de la plaza, hacia el norte, se accede directamente al Zoco de Marrakech el más grande del Maghreb. Están organizados como los gremios medievales en Europa: cada oficio o artesano tiene su calle o mercado. Tiene miles de calles y callejones.
 

Son un paraíso para los amantes de las compras y del regateo. En ellos encontrarás todo lo que producen los artesanos locales y del resto del país. Abundan las babuchas, las chilabas, las teteras, el vidrio, cestería, platería, cerámica, los objetos de madera y las alfombras. Éstas últimas, suelen ser confeccionadas por mujeres touaregs y bereberes, que se acercan a la ciudad para venderlas.
Debes estar preparado para el regateo. Los comerciantes te pararán una y otra vez, ofreciéndote productos a precios muy elevados, sí eres hábil y buen negociador podrás bajar el precio hasta la mitad o menos. Algunos encuentran estas prácticas molestas y hasta poco éticas pero lo cierto es que forman parte de las costumbres locales.



En las calles de la medina también hallarás especias como el azafrán y la canela, además de una gran variedad de frutas.
Caminando por los zocos te encontrarás con aromas que te embriagarán y con especies orientales multicolores.
En general, en los zocos puedes comprar desde un burro a pociones de amor. Es una experiencia inolvidable. Lo mejor es visitarlo por la mañana, pues al caer la tarde los puestos se van cerrando.

No dudes en tomar cualquier callejuela y perderte. Ir al zoco de curtidores y ver cómo preparan las lanas y los cueros siguiendo los mismos procedimientos que hace siglos, con sus colores tan característicos, responsabilidad de los tintoreros, quienes pasan el día entero junto a enormes cubetas con agua caliente pigmentada donde sumergen la lana para teñirla. Utilizando productos naturales, amanda para lograr el verde, azafrán para el amarillo, amapola para el rojo. después las lanas son colgadas para el secado.


El Mellah, un viejo barrio histórico, antigua judería de Marrakech, rodeado por una muralla con dos puertas y que ocupa una zona contigua al Palacio Real. Allí se instalaron en el siglo XVI los judíos expulsados de España. La visita del barrio puede comenzar por la Place des Ferblantiers (Plaza de los Hojalateros) está rodeada de tiendas dedicadas a los objetos de metal y en especial de hierro blanco trabajado en mil formas diferentes, cruzando la calle hay una entrada al Mellah y justo a la izquierda se encuentra Lakyssaria (mercado cubierto) de los joyeros, dos galerías con tiendas donde las joyas son protagonistas.

Los museos de la ciudad:
Museo de Marrakech.
Conocido como Palacio Mnebhi es testimonio de la historia de Marruecos con varias colecciones de objetos arqueológicos, etnográficos, documentos históricos, cerámica, joyas, armas, objetos de culto judáico, etc.

Dirección: Plaza Ben Youssef - Medina de Marrakech
Horarios de visita: Abierto todos los días de 9 a 18,30 hs.
Precio de la entrada: 30 Dirhams.


 




Museo Dar Si Said.  
Distinguida residencia de fines del siglo XIX donde se expone obras maestras del arte marroquí comprendiendo el Gran Riad con sus cuatro salas, y el pequeño Riad.
Dirección: Derb el Bahia - Riad Zitoun el Jedid - Medina de Marrakech
Horarios de visita: Abierto todos los días de 9 a 12 hs. y de 15 a 18 hs.
Precio de la entrada: 20 Dirhams






La Ciudad Nueva Gueliz: Para visitar la parte nueva de la ciudad se puede ir en autobús. Casi todas las líneas paran en las paradas que hay delante de la Koutoubia. Otro método de transporte es el petit taxi (tipo Fiat Panda) y el grand taxi (tipo Mercedes). Aquí podréis encontrar arquitectura de vanguardia y desde un McDonald´s a una tienda de Zara. Es el moderno Marrakech, el europeo.
Creada en tiempos del protectorado francés, la llamada "Ciudad Nueva" al estilo de los grandes boulevares de París, tiene como eje principal la Avenida Mohammed V que tiene una extensión de 3 km, las tiendas más lujosas se han establecido en ella. La planificación urbana de la nueva zona fue del arquitecto Henri Prost que también participó del proyecto del hotel Mamounia.


Villa y Jardín Majorelle: Esta casa en estilo morisco, plena de color con su pequeño y extravagante jardín, fue concebida por el artista francés Jacques Majorelle, diseñando él mismo los motivos de los zelliges, esos azulejos típicamente marroquíes que cubren las paredes y utilizando pinturas en colores vivos: verde, rojo y un azul cobalto que luego sería conocido como azul majorelle. Yves Saint Laurent apasionado de Marrakech, compró Majorelle y allí están retozando sus cenizas junto a la tierra que tanto amó.


Jardín de la Menara: Fuera de la medina se encuentra el elegante Pabellón de la Menara, construido en el siglo XIX en un inmenso jardín que con sus olivares y el imponente Atlas de fondo, es uno de los sitios más visitados y fotografiados de Marrakech. En su día fue el lugar de encuentro para las citas amorosas de los sultanes.


Y por supuesto, hay que visitar el Palmeral de Marrakech, un gigantesco parque milenario del que hoy se conserva la mitad de lo que fue. Tiene más de 100.000 palmeras y es una zona de hoteles y residencias de lujo. La leyenda cuenta que Youssef Ben Tahfine, fundador de Marrakech, habiendo llegado a la planicie de Haouz con sus soldados, decidió que descansarían en aquel lugar y mientras lo hacían, los soldados comían dátiles que habían recogido en las regiones presaharianas, arrojando las semillas allí y con el tiempo nacieron miles y miles de palmeras. Su hijo y sucesor, Ali Ben Youssef, desarrolló un vasto complejo de irrigación de origen persa conocido como khettara, consistente en una red de canalizaciones subterráneas, el agua aflora en los cinco mil pozos existentes. Gracias al sistema pudieron crecer las palmeras. Tomar un té en un hotel de lujo y dar un paseo en camello al atardecer resulta de lo más encantador.

Alojamiento
Las laberínticas calles de la medina a menudo esconden tras los muros desnudos confortables residencias en torno a cuidados jardines: son los típicos riads, en árabe designa al edén, se aplica a una casa cuyas habitaciones decoradas en estilo morisco se distribuyen en torno a un patio interior, normalmente convertidos en hoteles que ofrecen una opción más.
El Riad Ambre Et Epices, recomendado por Cristina de Tenerife, ocupa la antigua casa de un mercader de especias, que ha sido restaurada respetando la tradición marroquí.
Cuenta con 6 elegantes habitaciones, que reciben el nombre de las distintas etapas de la Ruta de las Especias.
Diseñado para garantizar la relajación, puedes disfrutar del baño turco, la sala de masajes, la piscina, el jacuzzi, el solárium y la terraza.
El dueño se llama Patrice, parisino encantador, gran enamorado de Marrakech. Tiene cerveza Casablanca fresquísima, cocktails y vinos marroquíes.
Por las tardes, el Riad sirve té y dulces marroquíes gratuitos, la estancia incluye los desayunos y son una delicia.
Riad Ambre et Epices
89 Arset Aouzal | Bab Doukkala Medina,
Desde 65€

Restaurantes

Una de las cosas que más destaca de la ciudad son los restaurantes. Comer los aperitivos, kebab de cordero, tajin (por el utensilio que se usa), cous cous, la pastela, etc., es un auténtico festín.




























Café Árabe, aunque resulta imprescindible visitarlo, es mejor ir cuando el sol está cayendo porque las vistas de la medina desde su terraza son impresionantes y es de los pocos lugares en los que puedes tomar un mojito contemplando el precioso atardecer de la ciudad.
Tanto para tomar algo como para comer es un sitio 100% recomendable. La cocina fusión italiano-marroquí es perfecta y puedes pedir vino para acompañar la cena, algo que no resulta demasiado fácil en otros restaurantes.
Dar Mimoun, un restaurante económico con decoración típica oriental, varias zonas de mesitas bajas, y comida sabrosa. Riad Zitoune Kdim, Derb Ben Amrane, N1
Foundouk, esta antigua caravanera restaurada propone una carta marroquí e internacional. Sobre tres niveles es una sucesión de entresuelos y de alcobas. Desde 20€.  55 Souk Hal Fassi, Kat Bennahid - Marrakech 
Restaurant la Terrassa des épices
Para  cenar a la luz de las velas sobre una terraza inmensa y ofreciendo un panorama suntuoso de las cumbres del Atlas y del alminar de Koutoubia. De inspiración marroquí, sugiere una variedad de ensaladas, así como carnes asadas en parrilla y brochetas, acompañadas por verduras frescas. Desde : 15€. 15, souk Cherifia. Sidi Abdelaziz. Marrakech Médina (à 150 m de Dar El Bacha)
+212 524 375 904
 





Le Yacout
Toda una institución, lo más lujoso en Marrakech. Decoración de ensueño, vista pasmosa y panorámica desde la terraza sobre la Medina.
Reserva aconsejada. Desde 77€ menú degustación.
79 Derb Sidi Ahmed Soussi - Bab Doukkala - Marrakech Medina
+212 524 38 29 29 




La noche ofrece alternativas muy atractivas. Existen magníficos clubs donde cenar, tomarse una copa o bailar como Palais Jad Mahal o Le Comptoir Darna Club, no te lo pierdas.


Otros lugares de interés:
La Granja berberisca es un sitio tranquilo a 9 kilómetros de la ciudad, Patricia, la propietaria propone un menú elaborado con productos frescos de su huerta, un marco encantador, los precios unos 12€ a medio día y unos 15 € la cena.
Dirección: Km 9, Route de Lóurika
Teléfono:00.21.26.61.22.09.41

Excursiones:

Essaouira, llamada la Perla del Atlántico, es una pequeña ciudad fortificada bañada por el Atlántico. Situada a 180 km se puede alquilar un coche e ir en un día.


Ouarzazate es una ciudad situada al sur de Marruecos que se conoce como la Puerta del Desierto, hay excursiones programadas para ir a ver la Kasbah Ait Ben Haddou, una Kasbah (ciudad fortificada) que ha sido filmada en decenas de ocasiones, incluyendo grandes producciones como Lawrence de Arabia, Gladiator, La Momia y La Joya del Nilo.