Son una inestimable ayuda para igualar la
superficie de la piel escondiendo las imperfecciones y disimulando las ojeras y bolsas; la misma palabra lo dice corrige, pero tenemos que saber qué queremos corregir, ojeras, venítas, manchas o pecas.
Esta es la cuestión, por eso es importante saber qué corrector escoges. No sólo es el arte de dominarlo, también hay que saber buscar la textura y colores que cubran nuestras necesidades.
Un corrector tiene que tener un contenido en pigmentos y una base de aceite mineral para ocultar defectos, ya que
cubre la zona mejor y permanece en ella durante más tiempo.
Es conveniente comprobar que el color de un
corrector se ajuste al de tu piel, para que desaparezca además de ocultarlo.
Cada color de corrector tiene una función específica:
*Beige: Úsalo sí tus ojeras son claras o muy suaves.
*Salmón: Cuando tus ojeras sean más oscuras y cetrinas.
*Mostaza: Para ojeras muy oscuras.
*Amarillo: Para ojeras en pieles negras.
*Verde: Para rojeces grandes, no granos.
*Rosa: Para cubrir sombras de barba.
Los correctores se presentan en diferentes formatos:
Líquidos: son los más sencillos de usar, ideal
para ojeras y espinillas mínimas. Los encuentras en diversas presentaciones:
tipo 'brillo labial', con brochitas, etc., algunos contienen partículas
iluminadoras que te hacen lucir descansada. Para cutis normal o seco.
En barra: son densos y permanecen en la piel por
más tiempo. No los descartes sí tus imperfecciones son muy marcadas.
Recomendable para cualquier tipo de piel.
Crema: digamos que es el punto medio entre el
corrector líquido y el de barra, suelen ser aplicados con brocha evitando presionar muy fuerte o
con los dedos utilizando el dedo anular para distribuirlo, dando ligeros
golpecitos alrededor. Cubren ojeras y zonas oscuras como esquinas externas de
la nariz.
Lápiz: No son los más efectivos pero ayudan a
perfeccionar la forma de los labios.
Como siempre, hay que utilizarlo en su justa medida. Los correctores cumplen la
función de camuflaje pero no hacen milagros, sí aplicas más de la cuenta obtendrás un efecto equivocado. Es mejor y más fácil aplicarlo antes de la base de maquillaje.
Corrector Effacernes Longue Tenue de Lancôme, es una emulsión de agua en aceite, protectora contra los
radicales libres y los UV, contiene micro-difusores de luz que atenúan las pequeñas
arrugas.
Este corrector con efectos frío y cafeína de Garnier es de roll-on y te alegra la cara por las mañanas, pero como iluminador, el clásico entre los clásicos, el de Touche Éclat De Yves Saint Laurent.
Y es que el iluminador puedes utilizarlo sólo para aportar un
toque de luz o encima de labiales y sombras de ojos para volverlos
metalizados. Un dato, aplícalo en el arco de las cejas y extremos de los ojos,
tu mirada además de descansada, se verá amplificada.
Los iluminadores son texturas muy ligeras de poca cobertura
que resultan perfectas para descansar los rasgos y compensar las
bolsas siempre que no se utilicen tonos muy claros. Puedes usarlo sólo sí no
tienes zonas muy oscuras o encima del corrector en crema, con cuidado de no
sobrecargar la zona sí además de camuflar, quieres aportar un toque de luz
extra.