Cuenta una leyenda que el queso fue descubierto por un
mercader árabe que, como debía realizar un largo trayecto por el desierto,
guardó la leche en recipientes hechos con el estómago de un cordero. Cuando fue
a consumirla, en lugar de la leche, se encontró con que las elevadas
temperaturas del desierto y el cuajo del estómago del animal habían dado como
resultado una pasta grumosa, que resultó ser exquisita.
¡Los adictos al queso estamos de enhorabuena!
Cheese Bar Poncelet:
Calle José Abascal 61
Madrid tf. 913992550
Poncelet tiene además una
carta preparada con exquisitas propuestas elaboradas en torno a su producto
estrella, donde todos sus platos cuentan con al menos un tipo de queso
como ingrediente. Su equipo de profesionales y una amplia y variada carta de
vinos (indispensable para las degustaciones), completan el objetivo de este Cheese
Bar: hacer que la visita se convierta en una experiencia única y muy sabrosa
vez.
Recomiendo pedir un entrante o plato
principal, seguido de los quesos que, al ser un alimento más fuerte, mataría el
sabor de los demás en caso de tomarlo de primero. Puedes optar por dos de sus
tablas internacionales. con una extensa lista de quesos que pueden pedirse a la
carta, teniendo siempre en cuenta las recomendaciones del día. Sin embargo,
para los menos expertos en el tema, existe una serie de tablas nacionales
e internacionales ya preparadas que facilitan mucho la elección (14,42€/tabla)
Todas las tablas, son asesoradas, servidas y explicadas y vienen
acompañadas de la información imprescindible (origen del queso, comunidad,
D.O.P., leche, animal, raza e intensidad) y el orden perfecto de catarlo para
disfrutar aún más de ellas. Las porciones son generosas por lo que son
perfectas para compartir.
Sí se va a tomar varios quesos a la vez, los
expertos aconsejan ir de menor a mayor intensidad de sabor, es decir,
empezar por los frescos para acabar con los curados.